miércoles, 10 de octubre de 2012

Un poquito de tiempo para mi...

        Hace tiempo que llevo pensando en algo tan simple como en darme un baño... A veces las cosas simples pueden ser complicadas, si no tienes bañera, te conformas con una ducha... Hasta que alguien te ofrece la suya. Llevo mucho planeándolo: necesito velas e incienso, y un día libre para poder disfrutar, sin prisas. Pues hoy ha llegado el día. Bañera llena de agua hirviendo, de la que te escalda al meter tu dedo gordo del pie en ella, sabes que te quemará y mucho, pero igualmente, te arriesgas y metes la pierna. ¡Pica! pero qué picor...  Dos velas, una en una esquina de la bañera, la otra en la repisa. Incienso, de rosas, de ese que te trae recuerdos porque lo compraste en un sitio determinado con una persona determinada y ¡fuera la luz! Te sumerges en el agua, y ya el resto no existe, solo tú. Es agradable (mucho) poder oír sólo el latido de tu corazón y sentir serenidad. Es agradable (mucho) cuidar de ti misma en vez de cuidar de los demás, y tener tiempo para ti.
        Como todo en esta vida, después de la experiencia, siempre viene el aprendizaje... Este baño no ha sido sólo un baño, este baño ha sido un reflexionar y darme cuenta de que está bien que de vez en cuando adoptes el papel de cuidada, y no el de cuidadora; está bien poder prescindir de las cosas para poder apreciarlas cuando las tengas de nuevo; está bien sentir que estás viva y que tu corazón late incluso si el resto de tu mundo alrededor se para o se revuelve; está bien que, despues de haber tenido la bañera, vuelvas a la ducha y no sientas que te estás perdiendo cosas, que has bajado un escalón, sino que sientas que a veces, la vida te recompensa con pequeños placeres...

        Algunos verán esto como sólo un baño, otros, como yo, lo verán como algo diferente... Me quedo con mi ducha, pero sé que la bañera estará ahí cuando vuelva a necesitarla, y eso me dibuja una sonrisa, por dentro :)



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